Cuartel de Conde Duque. Foto: J.L. de Diego |
Respecto al
nombre de este edificio de la calle Conde Duque, muy cerca de la plaza de España, hay varias versiones. La más
próxima en el tiempo señala que el nombre se refiere al tercer duque de Berwick y
Liria, conde de Lemos (1718-1785), descendiente de los reyes de Inglaterra y
casado con una hija del duque de Alba. Otra es la atribuida al escritor Mesonero
Romanos (siglo XIX), primer cronista oficial de la Villa, que indica que se
refiere al que fuera Conde-Duque de Olivares, valido del rey Felipe IV, al que
nos vamos a referir.
Pedro Ribera
El arquitecto
Pedro Ribera, responsable de la construcción del cuartel, nació en Madrid en 1683. Fue discípulo de
Ardemans, de quien heredó el cargo de arquitecto mayor del Ayuntamiento de
Madrid. Entre sus primeras obras se encuentra la iglesia de la Virgen del
Puerto, realizada en 1718 por encargo del marqués de Vadillo, que fue alcaldede Madrid. También de esa época son el Puente de Toledo sobre el río
Manzanares, la Iglesia de Montserrat, el actual Museo Municipal de Madrid
(calle Fuencarral, 78, antiguo Hospicio de San Fernando) y la Iglesia de San Cayetano. En Salamanca, realizó la torre de la
catedral nueva en 1733.
A él se debe
también la magnífica Fuente de la Fama, ubicada en los Jardines del Arquitecto
Ribera (junto al Museo de Historia de Madrid) y otras obras para embellecer la Villa de
Madrid. Pedro Ribera murió en 1742.
El conde-duque de Olivares
Conde-duque de Olivares, óleo de Diego Velázquez, 1638. Museo del Hermitage |
Gaspar Guzmán
y Pimentel, conde-duque de Olivares, es un personaje clave de historia de
España. Fue el valido de Felipe IV, el favorito, una especie de primer
ministro. Nació en Roma el 6 de enero de 1587 y fue el tercero de los hijos de
una familia aristocrática. Sus primeros años los pasó entre Roma,
Sicilia y Nápoles preparándose para la carrera eclesiástica. Sin embargo, la
muerte de uno de sus hermanos mayores trastocó estos planes y en 1601 su padre
le envió a estudiar a la Universidad de Salamanca.
En 1607 de
casó con Inés de Zúñiga y Monterrey, dama de la reina Margarita, y tuvo una
hija, la marquesa de Elche, que murió en 1626. Se sabe también de un hijo
bastardo, Julianillo, que luego sería reconocido como Felipe de Guzmán y Gaspar
de Tebes. Olivares era un hombre de gran ambición y con influencia sobre el príncipe heredero, el futuro Felipe IV, por lo que resultaba incómodo para el duque de Lerma, valido de Felipe III, que le ofreció la embajada de Roma, pero Olivares la rechazó. El de Lerma intentó varias veces alejarle de la corte, pero no lo consiguió.
El gobierno
de Olivares se inició el mismo día que Felipe IV subió al trono. Como valido,
lo primero que hizo fue separar a Lerma y Uceda del gobierno y ordenar la
muerte de Rodrigo Calderón, hombre de confianza del duque de Lerma. Al
conde-duque también se le relacionó unos años después con la muerte del conde de Villamediana, otro destacado personaje de la corte.
Algunas
reformas promovidas por el conde-duque le concedieron el favor del pueblo, pero
en política exterior su carrera fue un desastre para España. Por su soberbia y
ansia de poder se malogró el matrimonio de la infanta María con el príncipe de
Gales, que había viajada de incógnito a España, y se ganó la enemistad de
Inglaterra. También se enfrentó a Francia y a Richelieu, pero su mayor error,
según los historiadores, fue reanudar la guerra con Holanda, complicando a
España en la Guerra de los Treinta Años. La Paz de Westfalia fue una catástrofe
para los intereses españoles.
En 1640,
enfermo y hundido por sus fracasos políticos quiso abandonar la corte, pero
Felipe IV no se lo permitió. Tres años después, el rey despidió a Olivares, que
se refugió en el pueblo madrileño de Loeches. Los grandes de España redactaron
un pliego de cargos y se lo entregaron al rey, que ordenó el destierro del
Olivares en Toro (Zamora), aunque permitió que su mujer permaneciese en la
corte.
En 1644, la Inquisición abrió un proceso contra el que fuera todopoderoso valido del rey. Murió un año después y fue enterrado en Loeches ante la indiferencia general.
En 1644, la Inquisición abrió un proceso contra el que fuera todopoderoso valido del rey. Murió un año después y fue enterrado en Loeches ante la indiferencia general.
No hay comentarios:
Publicar un comentario