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29 noviembre, 2020

Calle de Fuencarral, su origen carreteril

Tramo peatonal de esta calle estrecha calle, con numerosos viandantes.
Calle de Fuencarral. Foto: Andrea Castaño.
La de Fuencarral es de esas calles principales de Madrid que se crearon al extenderse la ciudad por los caminos, en este caso por el de Fuencarral, pueblo del que toma su nombre. Todo el recorrido de esta vía eran tierras de labranza y montería, donde abundaban los cultivos de cereales y la caza.

En tiempos de Felipe II y Felipe III se realizaron los desmontes para construir casas hasta formarse una calle que con el tiempo fue una de las de mayor extensión de la ciudad. El camino de Fuencarral, como el de Hortaleza, se adentraba en la ciudad a través de la Red de San Luis y la calle de la Montera, hasta el cruce de caminos que era la Puerta del Sol, donde confluían también los de Alcalá y San Jerónimo o el de Atocha por la calle de Carretas.

La ampliación en tiempos de Felipe IV de la cerca que rodeaba Madrid, en 1625, llevó la calle de Fuencarral hasta la Puerta de los Pozos de Nieve, llamada así por estar muy cerca de los pozos donde se almacenaba la nieve prensada, traída de la sierra para refrescar bebidas y alimentos en verano. 

Tiene varias pinturas murales. Foto: A.Castaño
La primera Puerta de los Pozos de Nieve estaba situada a la altura de la calle Divino Pastor. Por ella salían los carreteros y muleros y las diligencias que tenían en esta calle su punto de partida hacia el norte, por el camino de Fuencarral, luego carretera de Francia, que seguía el trazado la calle Bravo Murillo, atravesaba el barrio de Tetuán y seguía hasta llegar a Irún.

En su origen la calle de Fuencarral tuvo poca importancia en el conjunto de la ciudad, configurada por casas pequeñas y estrechas habitadas por jornaleros, labradores y artesanos. Carecía de palacios y conventos con sus grandes jardines y huertas, al estar encorsetada entre las calles de Hortaleza y Valverde. No obstante, a partir del siglo XVIII algunos aristócratas levantaron aquí sus mansiones y casas-palacio, a base de comprar varias viviendas y corrales para unir sus terrenos. 

No muy lejos, la calle de San Bernardo también surgió de un camino, más antiguo, al pueblo de Fuencarral, motivo por el que contaba en su extremo con la que se llamó Puerta de Fuencarral, que estaba muy cerca de la actual glorieta de Ruiz Jiménez. Esta circunstancia ha creado en algunas ocasiones confusión entre quienes se interesan por la historia de Madrid, por haber estado la Puerta de Fuencarral en una calle que no lleva este nombre. Ambas calles convergen al final en la Glorieta de Quevedo.

La calle Fuencarral es una de las más comerciales.
Tramo muy comercial. Foto:S.C.

En 1690 el recorrido de la cerca se modificó para incluir dentro del recinto de la ciudad el palacio de Monteleón, residencia de campo convertida mas tarde en Parque de Artillería, protagonista del levantamiento de los madrileños el 2 de mayo de 1808 contra las tropas napoleónicas, inicio de la Guerra de la Independencia. De modo que la Puerta de los Pozos de Nieve se instaló un poco más al norte, donde la actual Glorieta de Bilbao. Pasada la guerra, se trasladó a la Puerta de los Pozos de Nieve el registro o pago de impuestos por mercancías, función que tenía hasta ese momento la Puerta de Fuencarral, como la Puerta de Alcalá, Puerta de Atocha y Puerta de Toledo.

La calle de Fuencarral es hoy una de las más comerciales y transitadas desde que se peatonalizó su primer tramo en 2009, desde la Gran Vía a Hernán Cortes. En el número 4 de esta calle tuvo casa Antonio Cánovas del Castillo, presidente del Gobierno, asesinado en 1897. En el número 17 vivió hasta 1813 el poeta y dramaturgo Leandro Fernández de Moratín. En el 44, esquina con Augusto Figueroa, se halla un edificio único en Madrid, testigo de otra época, el Humilladero de la Soledad. Es una pequeña capilla de 1712 para la imagen de la Virgen que le da nombre.

Moderna fachada del edificio de tres plantas dedicado a venta y degustación de productos de calidad.
Mercado. Foto: S.C.
En el 57 está el Mercado de San Ildefonso, que fue inaugurado en 2014 como un moderno mercado gastronómico, con una veintena de puestos para la degustación. Pero sin duda el edificio más importante de esta calle es el Museo de Historia de Madrid, antiguo Hospicio de San Fernando, del siglo XVIII, con su famosa portada churrigueresca, obra de Pedro de Ribera. Toda la manzana de enfrente la ocupa el Tribunal de Cuentas, antiguo cuartel de Guardias Reales, obra de Francisco Jareño y Alarcón de la segunda mitad del siglo XIX  Se construyó sobre el solar donde antes estuvo el palacio del Conde de Aranda. 

En la esquina con la calle Divino Pastor, en el 97, se halla la iglesia de las Religiosas de María Inmaculada, edificio neogótico de principios del siglo XX, construido sobre el terreno que ocupaban los jardines del que fue palacio del duque de Mandas. Y en el 125 vivió el poeta Antonio García Gutiérrez.

El nombre del pueblo de Fuencarral tiene su origen en una fuente que llamaban Fuencarra por estar en un lugar conocido como la Carra, donde paraban los carreteros para dar agua a sus animales. El pueblo se incorporó al municipio de Madrid en 1951, como otros limítrofes con el municipio madrileño en esa época, que se convirtieron en barrios de la capital.