Puerta de Toledo, 1879. (J.Laurent, Archivo Ayto. Madrid). |
El fin de la Guerra de la Independencia devolvió el trono a Fernando VII, entonces llamado ‘el Deseado’. En cuanto se instaló en su puesto, en 1814, el rey abolió la Constitución de 1812 y se olvidó de los ideales de la pasada guerra, pero no se olvidó de desenterrar aquella caja y sacar de ella el texto constitucional.
En 1820, tras el alzamiento del general Riego, que obligó a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812, se depositó una caja dentro del arco de la puerta que entonces se estaba construyendo, con textos constitucionales y un ejemplar de la Gaceta de Madrid, que era el Boletín Oficial del Estado, donde se publicó la jura de la Constitución por Fernando VII. Luego, en 1823, tras el Trienio Liberal y la vuelta al poder absoluto de Fernando VII, se extrajeron de la caja aquellos documentos y en su lugar se pusieron los decretos que derogaban los textos constitucionales.
Puerta de Alcalá. Foto: Carlos Uralde. |
La Puerta de Toledo, diseñada por el arquitecto mayor Antonio Aguado, era la antigua entrada y salida del camino de Andalucía y de Toledo. Es, junto con la Puerta de Alcalá, las dos únicas puertas históricas que se conservan en Madrid. Esta mole de granito está formada por un arco de medio punto y dos puertas menores adinteladas a sus lados. Con su ornamentación incluida, se eleva 26 metros sobre el terreno y un ancho de 16,5 metros.
El arco tiene 11 metros de altura y casi 5 de ancho y las puertas laterales seis metros y medio de altura y tres de ancho cada una. En la fachada que mira al río Manzanares el arco está flanqueado por dos columnas de estilo jónico apoyadas sobre pilastras. Por encima, un ático adornado con un grupo escultórico que representa a España y las Artes. Sobre los vanos laterales y a ambos lados del ático se alzan otros dos grupos de esculturas. En la fachada ‘interior’, la que mira hacia El Rastro, el arco está coronado por el escudo de armas de la villa sostenido por dos genios, y sobre las puertas adinteladas hay esculturas de trofeos militares. Los grupos escultóricos fueron diseñados por José Ginés y esculpidos por Ramón Barba y Valeriano Salvatierra.
Paso de ganado al matadero
Antes había existido otra Puerta de Toledo, que se encontraba un poco más arriba, a la altura de la calle Santa Ana. Era una puerta de ladrillo, con dos arcos iguales, que se levantó en tiempos de Felipe IV, cuando se amplió el recinto de las tapias que rodeaban Madrid. A su vez, ésta sustituyó a otra puerta anterior de la época de Felipe II.
Desde el siglo XVII, la Puerta de Toledo era el paso habitual del ganado que llegaba a Madrid con destino a los mataderos que tradicionalmente estuvieron instalados en el sur de la ciudad. Al lado de esta puerta estaba, hasta el siglo XIX, el matadero de la Puerta de Toledo, y muy cerca el matadero del Rastro, en la actual plaza del General Vara del Rey. Por ello, en esta zona eran habituales las curtidurías o tenerías y los talleres de marroquinería, además de numerosas carnicerías.
Hola estos apuntes son muy curiosos me encantan
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