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03 mayo, 2020

La Mariblanca, un símbolo de Madrid en la Puerta del Sol

Detalle de la estatua, que muestra el pecho desnudo.
La Mariblanca. Foto: Andrea Castaño.
La imagen más antigua que se conserva de la Puerta del Sol es un grabado de la plaza con la fuente de la Mariblanca en primer término. Una estampa de Louis Meunier de mediados del siglo XVII conservada en el Museo de Historia de Madrid. La fuente, de 1630, era un grupo escultórico muy ornamentado de casi cinco metros de altura, coronado por la estatua de mármol de una Venus, que por su blancura fue bautizada por los madrileños como Mariblanca.

La fuente estaba entre la calle de Alcalá y la carrera de San Jerónimo, delante de la iglesia del Buen Suceso, derribada a mediados del siglo XIX durante la histórica reforma de la Puerta del Sol.

La Mariblanca y cuatro escudos, obras del escultor Rutilio Gaci, los compró el Concejo madrileño al comerciante florentino Ludovico Turchi en septiembre de 1625, mediante contrato que decía que la estatua representaba la Fe y que se pagaba la mitad de su precio en el momento y la otra mitad en Navidad. La diosa tiene a un lado la figura de un niño al que toca la cabeza con su mano izquierda mientras sostiene con la derecha un vaso, y a sus pies unos delfines.
Gran grupo escultórico con mascarones, figuras de arpías, escudos y la estatua de la Mariblanca.Arroja varios chorros de agua sobre un pilón y tiene otro exterior que sirve de asiento.
Grabado de la fuente de la Mariblanca, siglo XVII. BNE

La fuente de la Mariblanca, también llamada de la Arpías por las figuras de esos seres mitológicos que la adornaban y arrojaban chorros de agua por sus pechos, se surtía de uno de los antiguos viajes de agua que recorrían Madrid. Allí se reunían a diario vecinos que acudían a por agua o a sentarse en su enorme pilón y numerosos aguadores, además de arrieros y carreteros, siendo el lugar casi una extensión del famoso mentidero de San Felipe, en el otro extremo de la plaza, donde hoy están las Casas de Cordero
El pedestal de piedra tiene en su parte superior el escudo de Madrid y bajo él una inscripción grabada indicando que la estatua es una réplica de la Mariblanca.
La estatua sobre su pedestal. Foto: A.C.

Pasaron cien años y la fuente fue sustituida por otra de menores proporciones, obra de Pedro de Ribera, aunque La Mariblanca, que ya era un símbolo de la ciudad, se mantuvo en lo alto otro siglo más, hasta que en 1838 la fuente fue derribada por su mal estado y la estatua pasó a coronar una fuente de la plaza de las Descalzas. Cuándo ésta fue
desmontada a finales de siglo, La Mariblanca fue recluida en un almacén municipal, hasta que en 1914 se instaló en los jardines del Retiro y luego en el museo de la Casa de la Panadería, en la plaza Mayor. De allí pasó en 1969 a presidir la columnata y fuente del paseo de Recoletos, pero en 1984 fue destrozada por la acción de unos vándalos. Restaurada, pasó a la Casa de la Villa, antiguo Ayuntamiento, en la plaza de la Villa, donde ocupa un lugar principal desde entonces. 

En 1985 se hizo una copia de la Mariblanca en piedra caliza que se situó sobre un alto pedestal en el lugar donde estuvo la original, entre la carrera de San Jerónimo y la calle de Alcalá, aunque en 2009 se trasladó hasta su lugar actual, muy cerca de la entrada de la calle del Arenal. Otra copia de esta famosa estatua se encuentra en el Museo de Historia de Madrid.