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13 septiembre, 2018

Curiosidades del Museo de Historia de Madrid

Portada retablo de la fachada principal, realizada en granito. Incluye la hornacina con la imagen del santo patrón del antiguo hospicio, el rey Fernando III.
Museo de Historia de Madrid -Foto: A.C
El Museo de Historia de Madrid ocupó en 1929 el antiguo Hospicio de San Fernando, uno de los edificios más notables del barroco madrileño. En su origen eran unas casas a la salida de Madrid hacia Fuencarral que desde 1673 servían de amparo a mendigos, huérfanos, ancianos e inválidos, que encontraban allí asilo, hospital, escuelas y talleres. Fueron muy demandadas sus manufacturas de tejidos de lana, incluso por los pueblos vecinos por el precio ajustado de sus productos. En el solar de estas casas se levantó en 1722 el edificio del Hospicio de San Fernando, según diseño de Pedro de Ribera, que realizó la famosa portada de su fachada.

El Ayuntamiento de Madrid colaboró en la construcción de este edificio de la calle Fuencarral dedicando cuatro maravedíes de cada entrada vendida en los teatros de la ciudad. Posteriormente fue ampliado y reformado hasta llegar a tener 1.700 plazas.

Por este hospicio, propiedad de la Diputación de Madrid desde mediados del siglo XIX, pasaron algunos personajes famosos, como Pablo Iglesias, fundador del Partido Socialista Obrero Español, huérfano de padre, que ingresó  junto a su hermano Manuel. En este centro aprendió el oficio de tipógrafo.

 
Vista general de la fachada del edificio, de dos plantas y con grandes ventanas adinteladas. A sus puertas, un coche de la época y varios viandantes.
Imagen del museo en la década de 1830.

A principios del siglo pasado y debido a su mal estado el hospicio estuvo a punto de ser derribado por completo. Sin embargo, su declaración como monumento histórico artístico en 1919 y las intervenciones de la Real Academia de San Fernando, la Sociedad General de Arquitectos y algunos intelectuales consiguieron que el Ayuntamiento madrileño comprara lo que quedaba del edificio, salvando y restaurando la parte principal. En 1926 el inmueble acogió una gran exposición dedicada a la ciudad, cuyo éxito dio pie a la creación del Museo Municipal (hoy Museo de Historia de Madrid), inaugurado en 1929, siendo su primer director fue el poeta Manuel Machado.

Sus colecciones de pinturas, porcelanas, muebles, fotografías, dibujos, estampas, abanicos, monedas o piezas arqueológicas forman un conjunto precioso para conocer de la historia de la ciudad. Pese a ello, el museo estuvo cerrado entre 1956 y 1979.

Entre sus obras más importantes se encuentra, por su interés histórico y artístico, el Modelo de Madrid de 1830, maqueta realizada por el teniente coronel de Artillería León Gil de Palacio reinando Fernando VII. Una obra excepcional que muestra la imagen de la ciudad poco antes de la época de las grandes transformaciones urbanísticas iniciadas con la desamortización de Mendizábal.

 
Vista general de la maqueta, situada a nivel del suelo dentro de una gran vitrina.que se encuentra
Maqueta de Madrid de 1830. Foto S.C.

La maqueta mide 5,20 x 3,50 metros y consta de diez bloques separados por las calles principales. Madrid, rodeada de una cerca de tiempos Felipe IV, contaba con 200.000 habitantes, 8.000 casas, 492 calles, cuatro plazas y 79 plazuelas. El trabajo se realizó en 23 meses, utilizando distintos tipos de madera, además de papel para la decoración de fachadas y calles, tierra, seda, vidrio, alambre, lana y metal.

Otra de las obras más representativa del Museo de Historia de Madrid es la Alegoría de la Villa de Madrid, de Goya. La curiosa historia de esta pintura da fe de la convulsa historia del siglo XIX. Una joven matrona coronada representa a Madrid, vestida de blanco y con manto rosa tiene a sus pies un perro, símbolo de fidelidad. La joven señala con su mano un medallón en el que se lee  “Dos de Mayo”, rodeado por las figuras de la Fama, la Victoria y ángeles.

En su origen este cuadro tan colorido era un homenaje del Ayuntamiento afrancesado de 1810 al rey José I, cuyo retrato ocupaba el medallón. Cuando los franceses abandonan Madrid tras la derrota de su ejército en 1812, el medallón se cubrió con la palabra
El lienzo de Francisco de Goya contiene elementos clásicos y un gran colorido en los ropajes.
Alegoría de la Villa de Madrid
“Constitución”, en referencia a la que acababan de aprobar las Cortes en Cádiz. Unos meses después, en noviembre del mismo año, los ejércitos de Napoleón consiguen recuperar el trono para su hermano José y en la pintura de Goya vuelve a aparecer el rostro del ‘rey intruso’. Luego, la victoria de España y sus aliados y la huida de los franceses en 1813 restituye en el óvalo del lienzo la palabra “Constitución”. La vuelta de Fernando VII al trono hizo que sea imagen  ocupara el medallón. En 1843, el ascenso de los liberales sustituye el rostro del rey por el “Libro de la Constitución”. Por fin, en 1872 se encarga al pintor Vicente Palmaroli eliminar los repintes y poner “Dos de Mayo”. 

Otras obras de especial relevancia del museo son el plano de Madrid de Pedro Texeira (1656) o los sepulcros renacentistas de Beatriz Galindo ‘La Latina’ y su esposo, Francisco Ramírez, ‘el Artillero’, procedentes del antiguo hospital de La Latina, de la  calle de Toledo.








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