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28 diciembre, 2019

Barrio de Salamanca, su origen en el Ensanche de Madrid

Bloque de tres plantas y planta baja, con balcones sencillos y portales de acceso a carruajes.
Primeras casas, calle Serrano. Foto: F.Chorro.
El  barrio de Salamanca  tiene su origen en el Plan de Ensanche de Madrid aprobado en 1860. Un proyecto de urbanización de casi 2.300 hectáreas, principalmente al norte y este de la capital, que tenía entonces unas 800 hectáreas. Se rebasaron las antiguas rondas que delimitaban la ciudad y se trazaron calles rectas con un ancho de 15 a 30 metros
más allá de la Puerta de Alcalá y por La Castellana, Argüelles, Chamberí, Vallehermoso, Sur de la carretera de Aragón (calle Alcalá), Embajadores y Puente de Toledo, según el plan diseñado por el ingeniero y arquitecto Carlos María de Castro.

Las primeras viviendas del barrio de Salamanca se construyeron en la calle Serrano, de 1863 a 1871, situadas hoy entre los números 28 y 36, frente a los Jardines del Descubrimiento de la plaza de Colón. En ellas se siguió el Plan Castro: casas para la clase media acomodada, con tres plantas sobre la planta baja, dos viviendas por planta y un gran patio interior con jardín y cocheras.
Detalle de fachada original, con mirador en la planta principal y amplia puerta apta para antiguos carruajes.
Fachada, calle Serrano. Foto: F.Chorro.


La urbanización de las primeras manzanas se realizó entre las calles Serrano, Goya, Claudio Coello y Villanueva. A la vez se tendía sobre la calle Serrano la primera línea de tranvías de Madrid, que comenzaron a circular tirados por mulas en 1871 entre el  barrio de Salamanca y la Puerta del Sol. Las cocheras se establecieron en la esquina de la calles Serrano y Maldonado. Se originó así un nuevo barrio en terrenos que pocos años antes eran de cultivo.

En las construcciones posteriores del barrio las reformas de la ley permitieron a propietarios y constructores aumentar la altura de los edificios y reducir el tamaño de los patios para obtener más viviendas en cada manzana, incluso los patios interiores podían convertirse en calles y desaparecieron plazas, jardines y fuentes previstos en los cruces de calles principales.

El barrio y por extensión el distrito recibió el nombre de su principal promotor, el banquero y político José de Salamanca, que invirtió dos millones de reales en la compra de terrenos en un área delimitada hoy por las calles Serrano, Alcalá y Francisco Silvela, y se convirtió en el constructor más importante de la época.

 
Vista parcial del enorme jardín interior de la manzana, con numerosas plantas y grandes árboles.
Jardín interior de una de las manzanas. Foto: S.Castaño

Como había ocurrido 30 años antes en Madrid por la desamortización de Mendizábal, el Plan de Ensanche propició un mayor enriquecimiento de las clases sociales más pudientes. La amplia oferta de suelo surgida por la desamortización de Madoz (1855-1894), la expropiación y subasta de los terrenos y su compra masiva a bajo precio por la alta burguesía y parte de la nobleza derivaron en un proceso especulativo, de venta y reventa de propiedades, obteniendo enormes plusvalías. Los precios de las nuevas casas se encarecieron, de modo que en lugar de gentes de clase media, como estaba previsto, las adquirieron familias de la alta burguesía y la nobleza.

En el lindante barrio de Recoletos y en el entorno de la Puerta de Alcalá José de Salamanca emprendió la urbanización de los solares donde antes habían estado el convento de Agustinos Recoletos, el Pósito (depósito de trigo) y la primera plaza de toros estable de Madrid. El marqués y otros miembros de la nobleza no tardaron en construir sus palacios con jardines en esta zona, a la que donó 3.750 acacias y otros 3.000 árboles diversos traídos desde su finca ‘Vista Alegre’, de Carabanchel Bajo. La mayoría de estos lujosos edificios ha desaparecido, sustituidos por otros de oficinas, entidades financieras y organismos oficiales.

 
Ejemplo de primeras manzanas del barrio, con su característico chaflán en la esquina.
Entre Claudio Coello y Jorge Juan. Foto: F.Ch.

El Plan de Ensanche se prolongó durante más de 60 años. Cien años después de su inicio, en los años 60 del siglo XX, el barrio de Salamanca ya no era una zona periférica, sino parte del centro de Madrid.


El barrio residencial fue dando paso a edificios de oficinas, sedes de organismos oficiales, centros comerciales, bancos, aumentando la circulación de vehículos y personas, a la vez que perdía conventos y colegios religiosos, vendidos para trasladarse a lugares más alejados. Muchos antiguos propietarios de viviendas optaron por venderlas para instalarse en lujosas y tranquilas urbanizaciones periféricas al norte de la ciudad.

El barrio de Salamanca mantiene el carácter burgués y el gusto refinado de sus orígenes, en sus edificios, tiendas y restaurantes, especialmente en la llamada ‘Milla de Oro’, área que reúne las firmas nacionales e internacionales más prestigiosas en joyería, moda y decoración. 
De estilo neobizantino, con torre y cúplula. Interior plenamente decorado y muy colorista. En calle de Alcalá, frente al parque del Retiro.
Iglesia de San Manuel y San Benito. Foto: F.Chorro


Sus calles están vinculadas a importantes figuras de las letras y las artes. En el número 7 (hoy 25) de la calle Claudio Coello murió Gustavo Adolfo Bécquer en 1870. A partir de 1871 Benito Pérez Galdós vivió de alquiler unos años en el número 8 (hoy 22) de la calle Serrano, hasta que se trasladó a una vivienda más lujosa de la plaza de Colón. En el 72 de la calle Serrano vivió Manuel de Falla de 1901 a 1907. Ramón Gómez de la Serna tuvo un estudio alquilado desde 1922 a 1936 en el número 6 de la calle Velázquez, en el torreón de un edificio ubicado donde hoy está el hotel Wellington. En la esquina de las calles Claudio Coello y Hermosilla estuvo el teatro Beatriz, donde Federico García Lorca estreno Bodas de Sangre en 1933, y en la calle Velázquez 75 tuvo su residencia en Madrid el escritor José Luis Martín Vigil.

En la plaza Marqués de Salamanca, en la confluencia de las calles Príncipe de Vergara y José Ortega y Gasset, una estatua sobre pedestal recuerda a José de Salamanca y Mayol.