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12 febrero, 2017

Curiosidades de calle Montera y Red de San Luis

Panorámica a primera hora con pocos viandantes, entre viviendas tradicionales de cinco plantas y edificios históricos.
Red de San Luis, desde Gran Vía (R.Molano).
La calle Montera cuenta con varias versiones sobre el origen de su nombre. Una afirma que las elevaciones del terreno donde se encuentra recordaban la forma de una montera y de ahí procede el nombre. Otra indica que se debe a que allí vivía una mujer admirada por su belleza que era esposa del montero del rey. Una más atribuye el nombre de esta vía al lugar donde los caballeros salían de caza o montería por los alrededores.

Lo cierto es que esta calle, que va desde la Puerta del Sol hasta la Gran Vía se llamó en su origen, a finales del siglo XVI, calle de San Roque, por una antigua ermita dedicada al santo. En el siglo XVII compartía el nombre con el de calle de la Inclusa, por otra ermita dedicada a la Virgen de la Inclusa. Luego, en el terreno de esta ermita que estaba a mitad de la calle se construyó la iglesia de san Luis Obispo, dependiente de la de San Ginés, y la calle pasó a llamarse de San Luis.

En el mismo siglo comenzó a llamarse Montera. Desde el siglo XIX esta calle se ha identificado con la intensa actividad comercial del barrio, contando con todo tipo de tiendas, almacenes y talleres que se anunciaban en los balcones, lo que la convirtió en una de las más transitadas de Madrid. En 1848 se construyó el Pasaje del Comercio, también llamado de Murga, por el nombre de su propietario, José Murga. Este pasaje comercial atraviesa hasta la calle Tres Cruces y, aunque reformado, es uno de los últimos testigos de la avanzada actividad comercial del Madrid de la época.
Vista de la Red de San Luis con el templete de acceso a la estación del Metro en primer plano.
El templete del Metro, años 20


Red de San Luis

La parte más destacada y antigua de la calle Montera es la Red de San Luis. Se llama así al ensanchamiento de la calle Montera desde el número 33, a la altura del Pasaje del Comercio, hasta la Gran Vía, casi frente al edificio de Telefónica. Antes de existir la Gran Vía enlazaba directamente con las calles Fuencarral y Hortaleza. Su nombre, que se va perdiendo en el vocabulario madrileño, está relacionado con la venta de pan en este lugar durante los siglos XVII y XVIII. El hecho de que los puestos del pan se protegieran colocando delante de ellos una red, al igual que en otros barrios, para evitar el robo, derivó en el nombre de Red de San Luis para este tramo.

La Red de San Luis contaba con una de las siete puertas principales de la cerca o tapia construida en tiempos de Felipe II para ampliar el recinto de las murallas de Madrid. Era la puerta que daba salida a los caminos de Fuencarral y Hortaleza.

En este lugar comenzó a funcionar en 1832 la Fuente de Isabel II, también llamada Fuente de los Galápagos, construida para conmemorar el nacimiento, en 1830, de la que sería reina de España. Esta fuente, que ocupó el lugar de otra anterior realizada por Pedro de Ribera, se encuentra hoy día en el Retiro, en el paseo de la entrada al parque más próxima a la Puerta de Alcalá.

En sus novelas La Desheredada  y Fortunata y Jacinta Benito Pérez Galdós se refiere a la afluencia de personas que siempre tenía la calle Montera. El escritor era uno de sus más asiduos paseantes, ya que en el número 22 de la calle estaba el antiguo Ateneo, uno de los lugares favoritos del escritor, que luego se trasladó a su ubicación actual en la calle del Prado.
Interior de la calle con algunas terrazas de bares y viviendas con balcones y fachadas de distintos colores.
Embudo de Montera hacia Sol. Foto: R.M.

 

Cuando se inauguró la Gran Vía, en 1917, con su primer tramo construido entre la esquina con la calle Alcalá y la Red de San Luis, la numeración comenzaba en ésta última ya que era la parte más cercana a la Puerta del Sol. Luego, al construirse el segundo tramo, entre la Red de San Luis y la plaza del Callao, la numeración se tuvo que cambiar porque la confluencia de la Gran Vía con Alcalá, cerca del edificio Metrópolis, pasó a ser el punto más cercano a la Puerta del Sol.

Una de las estaciones de la primera línea del Metro de Madrid, Cuatro Caminos-Puerta Sol, inaugurada en 1919, era la de Gran Vía, con acceso en el centro de la plazoleta de la Red de San Luis. Se accedía a ella a través de un artístico templete de granito con marquesina de metal y cristal, obra del arquitecto Antonio Palacios. Contaba con ascensores y estuvo en funcionamiento hasta 1970. Con motivo de nuevas obras del Metro se desmontó y se regaló al pueblo natal del arquitecto, Porriño (Pontevedra). 
Templete de granito con ascensor en el centro y acceso por un arco. Por el otro lado está la una marquesina de cristal.
Templete del Metro Gran Vía. Foto: A. Castaño.


El espacio del templete fue ocupado hasta 2009 por una fuente circular con aves de metal que la gente llamaba Fuente de los Cisnes. En 2021 se instaló una réplica de la marquesina original en el mismo lugar, con acceso a la estación del Metro. 

Como parte del sistema radial de calles cuyo núcleo es la Puerta del Sol, la de la Montera es una de las principales del Madrid histórico. Sigue teniendo una intensa vida, con numerosas tiendas de ropa y complementos, zapaterías, perfumerías, bares, restaurantes, hoteles y hostales. Es también una de las zonas tradicionales de prostitución callejera.

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