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12 julio, 2014

Rodolfo, Ernesto y Cristóbal Halffter, ilustres compositores madrileños

Rodolfo Halffter
Los hermanos Rodolfo y Ernesto Halffter y su sobrino Cristóbal Halffter son tres compositores madrileños reconocidos como figuras clave de la música española del siglo XX. Desde sus puestos, los tres miembros de la familia Halffter han contribuido a la universalización de la música española, a la que han aportado obras brillantes con un estilo particular.
 
Rodolfo Halffter (Madrid, 1900) fue el principal representante de la ‘Generación del 27’ de la música. Como su hermano Ernesto, tenía formación autodidacta, aunque tenía en Manuel de Falla un guía para su innovación vanguardista. Tras la guerra civil se exilio en Francia y luego en México, donde obtuvo la nacionalidad y fue catedrático de composición del Conservatorio Nacional de México.

Su música no empezó a ser reconocida en España hasta inicios de los años 60. En 1966 fue director de las Ediciones Mexicanas de Música y en 1969 fue nombrado miembro de la Academia Mexicana de Bellas Artes. 


Rodolfo Halffter se distinguió por la modernización del lenguaje musical español a la manera de Falla, en contraste con la música europea de ese momento. Posteriormente evolucionó hacia nuevos estilos, como en Tres hojas de álbum (1953) y Tripartita (1959). Investigó la composición modal en obras pianísticas como Sonata 3 (1967) y Laberinto (1972). En su obra destacan las piezas para piano, que pueden considerarse, con las de Mompou, las más importantes escritas por un español del siglo XX.

Otras de sus obras más importantes son  la ópera Clavileño, el ballet Don lindo de Almería
Pregón para una  pascua pobre, Pastoral para violín, Sonatas del Escorial y Tientos para cuarteto de cuerda. Falleció en México en 1987.

Ernesto Halffter
Ernesto Halffter


Su hermano menor, Ernesto Halffter (Madrid, 1905) fue discípulo predilecto de Manuel de Falla. A los 13 años escribió Crepúsculos para piano, que llamaron la atención del compositor y musicólogo madrileño Adolfo Salazar quien lo presentó a Manuel de Falla, de quien Ernesto llegó a ser discípulo predilecto. A los 18 años compuso Dos bocetos sinfónicos y poco después dirigía la Orquesta Bética de Sevilla, fundada por Falla. A los 21 años recibió el Premio Nacional de Música.

En 1928 obtuvo un gran éxito en París con el estreno su ballet Sinfonietta. Dirigió el Conservatorio de Sevilla entre 1934 y 1936 y tras la guerra y residió en Nueva York y Lisboa. Luego vivió en Italia, pero antes y durante muchos años trabajó en la finalización de la Atlántida, la obra incompleta de Manuel de Falla.

Entre sus creaciones más importantes figuran
Fantasía galaica, El cojo enamorado, Elegía en memoria del Príncipe de Polignac, Rapsodia portuguesa, La corza blanca, La niña que se va al mar, Canciones del niño de cristal y Serenata a Dulcinea.

De vuelta a España, se estableció en Madrid, donde ingresó, en 1973, en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Fue galardonado con la Medalla de Oro del Conservatorio de Cádiz  y el Premio Menéndez Pidal de la Universidad Complutense de Madrid. 


Cristóbal Halffter
Cristóbal Halffter


Cristóbal Halffter  (Madrid, 1930) estudió en el Conservatorio de Madrid con Conrado del Campo y es el máximo representante de la llamada ‘Generación del 51’. Sus primeras obras conservan una estética cercana a la de sus tíos y después evolucionó hacia estilos vanguardistas hasta lograr un estilo propio a partir de Brecht-lieder (1965). 

En 1952 obtuvo un gran éxito con su obra Antífona Pascual y al año siguiente recibió el Premio Nacional de Música por su Concierto para piano y orquesta. En 1960 fue nombrado catedrático de Composición en el Conservatorio de Madrid y dirigió este centro entre 1964 y 1966.

Entre sus primeras obras destacan, entre otras, Scherzo, Tres piezas para cuarteto de cuerda,
Sonata para violín solista, Jugando al toro, Dos canciones tristes de primavera y El ladrón de estrella.

A partir de 1966 consiguió reconocimiento internacional con obras como Líneas y puntos para 20 instrumentos de viento y dispositivo electroacústico,
Cantata Symposium y Anillos para orquesta. En 1968 la ONU le encargó la cantata Yes, speak out, yes, sobre textos de Norman Crowin, para conmemorar la Declaración de los Derechos Humanos.

Su espíritu místico se revela en Noche pasiva del sentido (1970) y su preocupación por la muerte en Llanto por las víctimas de las violencia (1971) y Officium defunctorum (1979). Otras de sus obras significativas son
Jarchas de dolor de ausencia, Variaciones sobre la resonancia de un grito, Tiento y cadencia y Réquiem por la libertad imaginada.

Cristóbal Halffter fue director del Estudio de Música Electrónica de la Südwestfunk, en Freiburg (Alemania) y dictó cursos en distintos centros internacionales. Ha dirigido agrupaciones sinfónicas importantes, como la de Berlín, la de Londres o la Nacional de Radio France.

Además del Premio Nacional de Música (1953), cuenta con la Medalla de Oro de Bellas Artes (1981) y es Doctor Honoris Causa por la Universidad de León. En 1983 fue nombrado miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando.

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