Teatro de la Zarzuela. Foto: F. Chorro |
La Sociedad
Artística estaba formada Cristóbal Oudrid, Joaquín Gaztambide, Luis Olona,
Francisco Barbieri, Francisco Salas y Emilio Arrieta, que con el aval del
banquero Francisco de las Rivas adquirió unas antiguas cocheras situadas detrás
del Congreso de los Diputados, en lo que hoy es la calle Jovellanos.
Fue
construido en poco más de seis meses, según diseño de Jerónimo de la Gándara,
quien se inspiró en la Scala de Milán y lo proyectó con capacidad para 3.000
espectadores, aunque por cuestiones técnicas el aforo se redujo a 2.500
butacas. En su fachada destacaban arcos y columnas y en su interior una rica
decoración y techos decorados con abundantes pinturas al fresco. Durante mucho
tiempo fue llamado Teatro Jovellanos, por el nombre de la calle donde se encuentra.
El público
quedó muy satisfecho con la función inaugural del Teatro de la Zarzuela, aunque
algún crítico de la época comentó que los asistentes habían estado entretenidos
admirando el nuevo teatro, los palcos, pasillos y salones y comparándolos con
los del Teatro Real, que se había estrenado seis años antes en la plaza de
Isabel II. El programa del estreno contaba con obertura, cantata interpretada
por la masa coral del teatro; la zarzuela en un acto El sonámbulo, de Arrieta;
una Gran Sinfonía, de Barbieri, y un
cuadro alegórico con música de Rossini, Barbieri, Arrieta y Gaztambide.
Era el
comienzo de uno de los mejores teatros de Madrid. Su primer estreno importante
fue El diablo en el poder, de Barbieri, con libreto del dramaturgo Francisco
Camprodón, el 14 de diciembre de 1856. En este coliseo se han estrenado algunas
de las mejores obras de destacados compositores madrileños, como El barberillo
de Lavapiés, Pan y Toros (Barbieri), El arca de Noé, El Bateo (Chueca), La
mesonera de Tordesillas o Baile en Capitanía (Moreno Torroba).
El 1909 el
edificio quedó destruido por un incendio y sólo se salvaron los muros. En poco
tiempo se inició la reforma, realizada por Cesáreo Iradier, y el Teatro de la
Zarzuela pudo reabrir sus puertas en 1913. En 1956 fue restaurado, se
eliminaron los arcos de la fachada y se instaló la marquesina de la entrada.
Sociedad
Artística
La Sociedad
Artística impulsora del Teatro de la Zarzuela tuvo su origen unos años antes,
en 1851, cuando Oudrid, Gaztambide, Olona y el actor Francisco Lerroa Salas,
quien como capitalista aportó 40.000 reales, formaron la Sociedad Artística
para alquilar el Teatro del Circo, ubicado en la plaza del Rey, y dedicarlo a
la promoción del género lírico.
Por esa
época, la zarzuela tenía numerosos seguidores en todo el país y un público
adicto entre los madrileños, por lo que se sucedieron los éxitos y pronto llegó
una ampliación de capital de la Sociedad, a la que se sumaron Arrieta y
Barbieri. Sin embargo, el Teatro del Circo se quedó pequeño y el grupo de
creadores decidió construir un local propio especializado en zarzuela, además
de librarse del cada vez más alto precio de alquiler del Teatro Circo. Por
ello, iniciaron la construcción del Teatro de la Zarzuela, con un gran
escenario para la lírica española, que ha servido a lo largo de su historia
para el género grande, el género chico y el género ínfimo.
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