Teresa Berganza en un recital. |
Su pasión era
el piano, pero por ampliar sus conocimientos se apuntó a las clases de canto de
la profesora Lola Rodríguez Aragón, que fue alumna de Elisabeth Schumann. Y con
ella descubrió su mayor tesoro, su voz cálida, de suave fraseado y bello y
extenso timbre.
Desde los 17
años acompañó a cantantes como Juanito Valderrama, Juanita Reina o a Carmen
Sevilla en la película La hermana San Sulpicio (1952), dirigida por Luis Lucia,
participando en los coros y en el papel de ‘hermana pianista’. También formó parte
del grupo de Cantores de Madrid y de la Masa Coral de Madrid, además de
realizar grabaciones de zarzuela dirigidas por Ataulfo Argenta. Terminó sus
estudios con el primer premio de canto del Conservatorio de Madrid.
Un personaje que volvió encumbrado
Un personaje que volvió encumbrado
El debut de
Teresa Berganza tuvo lugar en el Ateneo de Madrid en 1954, y aunque lo hizo muy
bien un crítico le llegó a decir que mejor que se dedicara a la canción popular... Su profesionalidad, su afán de perfeccionismo
y su carácter rebelde chocaban con los directores musicales. Además,
consideraba que éstos no la apreciaban lo suficiente y que no se ensayaba lo
necesario. Pronto comprendió que debía salir del país para poder triunfar.
La que fue su
maestra de canto le consiguió una audición en París en 1957 con el director del
Festival Aix-en-Provence, y salió de allí con un contrato. En el festival
obtuvo un gran éxito con el papel de Dorabella en la ópera de Mozart Così fan
tutte.
Tras su éxito
en Francia, comenzó una fulgurante carrera que la llevó a actuar durante más de
50 años en los mejores escenarios del mundo, con los mejores directores, demostrando
su maestría y versatilidad: fue Isolier en la ópera El conde Ory (Rossini),
actuando por primera vez en la Scala de Milán; Cherubino en Las bodas de Fígaro
(Mozart), en Glyndebourne (Gran Bretaña) o Meris en Medea (Cherubini), en
Dallas (EE UU).
Opereta con Berganza, Carreras y Bacquier |
En 1959 actuó
en la Ópera de Viena con Las Bodas de Fígaro, bajo la dirección orquestal de
Herbert von Karajan. Ese mismo año actuó en el Covent Garden de Londres como
Rosina en la ópera El barbero de Sevilla, de Rossini, una de sus
interpretaciones más aplaudidas. Con la misma obra intervino en el Metropolitan
de Nueva York en 1964, y en el Teatro Colón de Buenos Aires en 1968.
Óperas de
Rossini, Mozart y Bizet, sus favoritas
El bel canto
de la mezzosoprano madrileña embelesa al público. Su amplio repertorio incluye
canción francesa, aria italiana, lied y zarzuelas, en las que destaca por su
gran técnica, principalmente en óperas de Rossini y Mozart, en las que es
especialista, además de la ópera Carmen, de Bizet.
En 1984
publicó Flor de Soledad y Silencio. Meditaciones de una cantante. En 2002 volvió al Liceo de Barcelona, después de más de
30 años de ausencia, para ofrecer un recital junto a su hija, la soprano
Cecilia Lavilla. Fue profesora
titular de la Cátedra de Canto en la Escuela Superior de Música Reina Sofía y dictó clases maestras en varios países. Ha realizado numerosas
grabaciones, entre ellas el Recital Teresa Berganza, con canciones de
Montsalvatge, Toldrá y Turina.
La cantante
madrileña estuvo casada durante 20 años con el pianista Félix Lavilla, con
quien tuvo tres hijos. El segundo matrimonio de Berganza fue con el exsacerdote
Josep Rifá, pero poco después volvió a divorciarse. Se retiró del circuito
profesional en 2008.
Homenaje en
el Teatro Real, premios y distinciones
La que ha
sido una de las más grandes cantantes del siglo XX después de María Callas,
recibió un gran homenaje en 2013 en el Teatro Real de Madrid, coliseo donde
apenas pisó durante su carrera, sólo algún recital, aunque sí lo hizo
en el Teatro de la Zarzuela, con las óperas Las bodas de Fígaro, Carmen,
Alcina, además de un recital con motivo de su vuelta a España después de 25
años. El día del homenaje, se definió a sí misma como “pasionalmente española y
definitivamente madrileña”.
La mezzo
española más universal fue la artista más joven que obtuvo el título de Dama de
la Noble Orden de Isabel la Católica y ganó tres veces el gran premio de la
Académie Charles Cross. En 1964 obtuvo la medalla de oro de la Sociedad
Internacional Harriet Cohen, de Londres. En 1991, Teresa Berganza y los también
cantantes líricos españoles Montserrat Caballé, Alfredo Kraus y Pilar Lorengar
recibieron el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
En 1992, Berganza
participó en la ceremonia inaugural de la Exposición Universal de Sevilla como
protagonista de la ópera Carmen, en el teatro de la Maestranza, y en los Juegos
Olímpicos de Barcelona. Fue elegida miembro de la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando en 1994, la primera mujer en obtener esta distinción, y en 1996 el Premio Nacional de Música de España (1996).
En 2003 recibió
el Premio Gran Teatro de La Habana y dos años después, al cumplirse sus 50 años en a música, la discográfica Deutsche Gramophon editó el álbum Brava Berganza!: A birthday tribute.
En 2010 fue nombrada doctara honoris causa
por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y en 2013, en el homenaje en
el Teatro Real, recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio,
la mayor distinción española del mundo de las artes.Una de sus últimas distinciones fue la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes, que recibió de esta institución en 2018.
María Teresa Berganza Vargas falleció en la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial el 13 de mayo de 2022, a los 89 años de edad. Un conservatorio de Madrid
lleva su nombre, en la calle del Palmípedo, número 3, en el barrio de Lucero, distrito de Latina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario