La ermita de San Isidro, de Goya, 1788. Museo del Prado |
Las diversas historias coinciden en que San Isidro Labrador era un empleado de Iván Vargas, en cuyas tierras y propiedades trabajaba desde joven, y que conocía bien los viajes del agua desde manantiales y acuíferos a través de canales y conductos subterráneos, para el regadío o el consumo humano. También que pertenecía a la comunidad cristiana que vivía en los arrabales de la Villa, en torno a la plaza de San Andrés.
La Pradera de San Isidro, de Goya, 1788. Museo del Prado. |
Según las temporadas, el santo recorría los campos de Garganta de los Montes (donde se encuentra la primera ermita dedicada al santo), de Talamanca o los de la margen derecha del río Manzanares. Según la tradición, se conocen al menos cuatro pozos construidos por San Isidro: el de su casa donde vivió y murió, que estaría en los que hoy es el museo de San Isidro; el de la casa de Iván Vargas, el del edificio de la calle Mayor número 35 (una placa lo recuerda en este inmueble que antes era casa de baños) y el de la ermita de San Isidro.
La construcción de estos pozos está relacionada con la tradición milagrosa de san Isidro, aunque el único documento escrito conocido es el códice de Juan Diácono, del siglo XII, que es un listado de relatos milagrosos atribuidos a San Isidro.
La tradición oral de los milagros
Los milagros atribuidos a San Isidro Labrador por tradición oral se escribieron a partir de su canonización en 1662. Según ésta, su hijo Millán cayó al pozo de su casa y el santo hizo brotar el agua abundantemente hasta que el niño salió a la superficie. En el códice también aparecen otros hechos milagrosos, como hacer brotar una fuente de agua de entre las piedras o la multiplicación de la comida durante una de las comidas de caridad que ofrecía los sábados a los pobres. Uno de los más nombrados es el que narra que Iván Vargas visitó un día sus tierras al otro lado del Manzanares y cuando estaba llegando vio dos yuntas de bueyes arando, pero al llegar sólo vio una, la de san Isidro. Preguntado por la otra yunta, San Isidro afirmó que él pedía ayuda a Dios y el trabajo le cundía. El dueño lo consideró un milagro y le nombró capataz.
La tradición y la fe en la fuente de San Isidro hicieron que, muchos años después, la emperatriz Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, recogiera agua de la fuente para curar a su hijo de unas fiebres que padecía. El niño, el futuro el rey Felipe II, se recuperó completamente y la emperatriz ordenó levantar la ermita en honor del santo en 1528, en donde hoy está el parque de San Isidro. El edificio actual es de 1725, levantado en el mismo lugar por Baltasar de Zúñiga, marqués de Valero.
La primera sepultura del santo estuvo en el cementerio de la parroquia de San Andrés. El cuerpo incorrupto era venerado por los madrileños hasta que lo prohibió, en el siglo XVI, el gobernador eclesiástico de Toledo alegando que no estaba canonizado.
Fiestas de San Isidro
La fuente de San Isidro está abierta todos los domingos, aunque es el día 15 de mayo, festividad del patrón de Madrid, cuando miles de madrileños acuden en romería o para hacer una comida campestre en la pradera de San Isidro y degustar las famosas rosquillas del santo, que si llevan o no un baño de azúcar se denominandan 'listas' o 'tontas' . Durante muchos años sólo hubo una pequeña verbena que amenizaba las fiestas patronales.
Fue Enrique Tierno Galván, primer alcalde democrático de Madrid desde 1939, quien revitalizó esta festividad en la década de los 80, destacando los multitudinarios conciertos de pop y rock que se celebraron en distintos parajes de la ciudad, como El Retiro o el Paseo de Camones, hasta que se construyó un recinto abierto para conciertos en la Casa de Campo, el Rockódromo, un gran anfiteatro en el mismo lugar que hoy ocupa el pabellón Madrid Arena. Hoy día, además de la Pradera, son escenarios de verbenas y conciertos la Plaza Mayor y Las Vistillas, también en los días previos y posteriores a la festividad.
No conocía que los motivos de esta fiesta fueran tan religiosos la verdad, pensaba que eran más en carácter como comunidad o por algo que sucedió en Madrid, sorprendente el artículo
ResponderEliminarAsí es esta tradición madrileña, pero siempre acompañada de actos lúdicos y festivos. Te invito a ampliar el tema en este enlace del blog: http://cosasdelosmadriles.blogspot.com.es/2015/05/la-romeria-en-la-pradera-de-san-isidro.html
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