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01 octubre, 2018

Origen de la Plaza de Isabel II o de Ópera

Placa cerámica con el nombre e imagen de la reina, rodeada de adornos de hierro y un farol de un restaurante de la plaza.
Placa de la Plaza de Isabel II. Foto: S.Castaño.
Cuando José I ordenó derribar todas las casas frente al Palacio Real, surgió un enorme solar en el que muchos años después se construyeron la plaza de Oriente y la de Isabel II. Era 1810 y Madrid estaba ocupado por las tropas francesas. El  hermano de Napoleón, José I, tenía un plan para reformar la ciudad de su reinado, que incluía abrir un amplio bulevar desde el palacio a la Puerta del Sol, por la calle del Arenal. Tras su derrota en la guerra de la Independencia y su regreso a Francia, aquel terreno quedó sin edificar.

La zona que ocupa la plaza de Isabel II era conocida por los madrileños como los Caños del Peral, nombre que le venía de la fuente de tres caños y lavaderos que allí había. La fuente regaba parte de la llamada Huerta de la Reina, donde abundaban los perales. El nombre se le puso a una calle que se asoma a esta plaza cuando desapareció la huerta y a la plaza. En ese lugar se inauguró en 1738 el Gran Teatro o Teatro de los Caños del Peral, dedicado a la ópera italiana. Era un coliseo con capacidad para 1.680 espectadores, 500 de pie, y contaba con 36 palcos. Con su construcción desapareció la fuente que le dio nombre.
Vista general desde un lateral, frente a la calle Caños del Peral y a su lado el treatro Real Cinema.
Vista general. Al fondo, el Real Cinema. Foto: F.Chorro.

En el siglo siguiente, en 1814, en aquel viejo edificio se reunieron las Cortes Españolas al volver de Cádiz tras la Guerra de la Independencia. Debido a su mal estado el teatro fue demolido tres años después, reinando Fernando VII.

Muy cerca de donde estuvo el Teatro de los Caños del Peral, Isabel II inauguró en 1850 el Teatro Real, teatro de la ópera.  Para levantarlo se invirtieron
32 años y 42 millones de pesetas. Fue necesario allanar la plaza y tapar el  barranco del arroyo del Arenal, aunque el mayor problema era su asentamiento sobre cursos de aguas subterráneas. El mismo año de su apertura se instaló la estatua de la reina, obra de José Piquer, delante de la fachada del teatro y la plaza pasó a llamarse de Isabel II.
Fachada este del Teatro Real, en un extremo de la plaza, con su garndes carteles anunciadores de espectáculos.
Teatro Real desde la plaza de Isabel II. Foto: F.Ch.

Esta plaza ha tenido otros nombres a lo largo de su historia. Tras la revolución de 1868, que acabó con el reinado de Isabel II y la llevó a exiliarse en Francia, el lugar se llamó, aunque no por mucho tiempo, plaza de Prim, en honor del general Prim, uno de los dirigentes de la revolución. La estatua de la reina fue retirada y no volvió a la plaza hasta 1905. Más tarde, durante la II República, se llamó plaza de la Ópera y durante la guerra civil, plaza de Fermín Galán, capitán fusilado en 1930 por sublevarse contra la monarquía.

Entre los madrileños es conocida como Ópera, lugar de encuentro entre el Palacio Realplaza de Oriente y la Puerta del Sol. Es lugar de mercadillos navideños y actividades lúdicas, frecuentado a diario por músicos, actores, magos o malabaristas que atraen la atención de los numerosos paseantes.

2 comentarios:

  1. Me encanta como cuentas las cosas de Madrid, deseando que escribas de nuevo para seguir aprendiendo de esta gran ciudad.

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  2. Muchas gracias por tu comentario, anima mucho, la verdad.

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