Palacio de Santa Cruz. Foto: Andrea Castaño. |
La Cárcel de Corte fue un modelo para su época. Celdas que contaban con suficiente luz y ventilación, amplias salas para tribunales, escribanos o archivo, patio para los reclusos en la parte trasera y vigilantes en lugares elevados. Algunos viajeros extranjeros escribieron con admiración que la cárcel de la Villa de Madrid parecía más un palacio que una prisión. Al menos por fuera, ya que había otras celdas tan inmundas como las de otras cárceles.
Este edifico, vecino y coetáneo de la Plaza Mayor, se construyó en el lugar que antes ocuparon varias casas convertidas en cárcel. En 1543, después de que un centenar de vecinos protestara por la costumbre de encerrar a los delincuentes en casas requisadas siempre a los vecinos de este barrio, el Concejo madrileño compró y acondicionó unas casas colindantes que daban a la plaza de Santa Cruz, llamada así por la vecina iglesia de Santa Cruz. Cuando aquella cárcel resultó pequeña y ruinosa fue sustituida por dos casonas reformadas en la vecina calle del Salvador, en 1629, reinando Felipe IV.
En aquellos espacios se inauguró en 1636 la Cárcel de Corte, promovida por los alcaldes de la Villa, que deseaban un edificio que garantizara la custodia y salud de los presos y a la vez diera prestigio a la administración de Justicia. Se estableció una clasificación de los reclusos según el sexo, tipo de pena y peligrosidad. Además se concedió una vivienda digna al verdugo al lado del inmueble, en la calle de Santo Tomás, que los madrileños llamaron desde entonces calle del Verdugo.
Antigua Cárcel de Corte. Pintura del siglo XVII |
Con el tiempo, la Cárcel de Corte se quedó pequeña. Por ello, en 1786, tiempos de Carlos III, el Concejo negoció con los frailes del convento del Salvador, situado detrás de la cárcel, el cambio de su edificio por el del Noviciado de los jesuitas en la calle San Bernardo, ya que los miembros de dicha orden habían sido expulsados de España.
Durante las obras de adaptación del convento para presidio se produjo un incendio en la Cárcel de Corte que duró cinco días y destruyó parte de la planta superior y su archivo. De su reconstrucción, manteniendo el mismo estilo, se encargó el arquitecto Juan de Villanueva, que introdujo algunas mejoras.
Finalizadas las obras en el convento del Salvador, los reclusos ocuparon el edifico, que desde entonces sirvió de prisión y la Cárcel de Corte pasó a ser Palacio de la Audiencia, donde estuvieron los juzgados de Madrid hasta 1885. En 1846, amenazando ruina aquel antiguo convento, los presos fueron trasladados a otros locales provisionales, subastado el edificio y levantadas en su lugar viviendas, que luego fueron expropiadas en 1941 para construir la parte nueva del Palacio de Santa Cruz, detrás del edificó original. El arquitecto Pedro Muguruza fue el encargado de edificar la parte nueva anexa, respetando el estilo de los Austrias, con dos torres más para cerrar el conjunto, incluyendo en su interior la calle de la Audiencia, como patio entre ambos inmuebles.
A partir de 1885 el edificio acogió el Ministerio de Ultramar y en 1901 el Ministerio de Estado, llamado Ministerio de Asuntos Exteriores desde 1938. Este Ministerio compró en 1956 el vecino palacio de Viana, llamado también del Duque de Rivas, para residencia del ministro y recepciones oficiales.
Plaza de Santa Cruz Foto: A. Castaño |
Presos famosos
Entre los personajes famosos que estuvieron ‘a la sombra’ en este lugar, figura Lope de Vega, aunque por la fecha, 1588, fue encarcelado en las casas reformadas como cárcel, donde luego se levantó la Cárcel de Corte. Otros ‘visitantes’ famosos fueron Luis Candelas, el bandido más famoso de Madrid, en 1837; el político liberal Salustiano Olózaga, que ingresó poco después del mítico bandolero. También el general Riego, que obligó a Fernando VII a jurar la Constitución en 1820, algo que el monarca no le perdonó poco después. Y el militar y concejal madrileño Pablo Iglesias González, capitán de la Milicia Nacional en los sucesos del 7 de julio de 1822 en Madrid.
A este edificio, que hoy es una de las sedes del Ministerio de Asuntos Exteriores, le llaman los madrileños Palacio de Santa Cruz, pero su fachada principal se encuentra en la plaza de la Provincia, aunque asomado a la contigua plaza de Santa Cruz. Está flanqueado por la calle del Salvador y la calle de Santo Tomás y detrás la calle Concepción Jerónima.
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