Se abrió la calle Espoz y Mina en la Puerta del Sol cuando se derribó el convento de la Victoria, durante la desamortización de 1836. El solar sirvió para ensanchar el inicio de la Carrera de San Jerónimo, que hasta entonces era un callejón estrecho entre tapias de conventos, y se construyeron cinco edificios. Dos décadas después se inició la ampliación de la Puerta del Sol y muchos de los establecimientos expropiados y demolidos se trasladaron a la calle Espoz y Mina.Placa de la calle Espoz y Mina.
Eran tiempos de ‘ensanche’ de la ciudad hacia dentro. Con la desamortización, centenas de miles de metros cuadrados cambiaron de propietario, se parcelaran solares y se construyeran nuevas viviendas para una ciudad que seguía constreñida por la vieja tapia levantada en 1625.
Una década después de abrirse Espoz y Mina se inauguró el pasaje Matheu, entre ésta y la calle de la Victoria. Era el pasaje una lujosa galería comercial, llamado así por su promotor, el empresario Manuel Matheu, en la que se instalaron tiendas de moda y otros artículos, además de viviendas y cafés. Se construyó al estilo francés, con una cubierta de hierro y cristal y arcos en las entradas. Hacia mediados de siglo comenzó a decaer su actividad y no se sustituían los cristales rotos en la cubierta, que se desmontó en 1874 y el pasaje quedó como calle peatonal.
Espoz y Mina se adentra en el Barrio de las Letras y se ensancha al confluir con la calle de la Cruz, el lugar donde estaba desde el siglo XVI el Corral de la Cruz, famoso corral de comedias, como recuerda una placa allí fijada. En el Corral de la Cruz se estrenaron muchas de las obras de teatro del Siglo de Oro. A Felipe IV le gustaba asistir a estas representaciones, aunque fuera disfrazado, cuando era veinteañero. Allí conoció a la Calderona, una joven actriz a la que pidió felicitar personalmente y ambos se enamoraron, iniciándose una relación que ha pasado a la historia. Convertido más tarde en teatro de la Cruz, sobrevivió hasta 1856, año en que se derribó prolongándose Espoz y Mina hasta la plaza del Ángel, que también quedó ampliada.
Este cruce de calles está decorado con una pintura mural realizada en 1990 por Ángel Aragonés. Recrea el trayecto de calle que ya ha recorrido el paseante cuando llega al lugar, como reflejado en un espejo. En la pintura está representado Felipe IV, que sostiene en la mano un plano del corral de comedias. En el mismo lugar se inicia la pequeña calle de Álvarez Gato, más conocida como callejón del Gato, inmortalizado por Valle-Inclán en Luces de Bohemia.
El general liberal Francisco Espoz y Mina, en cuyo homenaje se puso el nombre a esta calle, se distinguió al frente de las guerrillas durante la guerra de la Independencia. A la vuelta de Fernando VII a España tras la guerra fue desterrado por sus ideas liberales, marchándose a Francia. Regresó en 1820 durante el trienio liberal, como capitán general de Navarra y Galicia, pero la restitución del poder absoluto de Fernando VII, impuesta por la intervención en España de los Cien Mil Hijos de San Luis, le obligó a exiliarse en Inglaterra. Tras la muerte del rey y la amnistía de 1833 pudo regresar y se le nombre jefe del ejército del Norte durante la guerra carlista.
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ResponderEliminarHola, Álvaro. Te he respondido al correo. Gracias por la confianza. Un saludo
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