Calle de Carretas, desde Puerta del Sol. Fot: S.C. |
El levantamiento de varias ciudades castellanas contra Carlos I de España y V de Alemania, que con su política imperialista estaba empobreciendo las arcas municipales, se produjo entre 1520 y 1522. También una parte de la nobleza y el clero veía amenazada su posición privilegiada frente a los nuevos consejeros flamencos, a quienes el rey concedía los cargos más importantes.
En esta rebelión de los Comuneros Madrid permaneció neutral los primeros meses, algo que le reprochaban Toledo y Segovia, que se habían levantado contra el rey y querían otorgar el poder real a la hija de los Reyes Católicos y madre del rey, Juana 'la Loca', que se encontraba recluida en Tordesillas. El cabildo municipal de Madrid era en general partidario de sumarse a los comuneros, pero no el alcalde de la Villa, Antonio de Astudillo. Reunido el cabildo en su sala sobre el pórtico de la iglesia de San Salvador, frente a la plaza de la Villa, la presión popular hizo que Astudillo dimitiese o se viese obligado a ello.
Calle de Carretas. Foto: A. Castaño. |
Francisco Vargas, alcaide del alcázar, donde residía con su familia, temió por la seguridad de los partidarios del rey allí refugiados y por la fortaleza, ya que sus fuerzas eran escasas para contener un levantamiento del pueblo. Vargas marchó a Alcalá de Henares en busca de refuerzos, mientras los madrileños recibieron cientos de escopetas, picas y ballestas. Otra versión indica que Vargas fue atrapado camino de Alcalá por un grupo de comuneros que salió en su busca.
La revuelta estalló en Madrid. Los comuneros asaltaron algunas casas para apoderarse de armas y asediaron el alcázar, que resistió unos meses, pero finalmente se rindió y fue tomado por los comuneros, como había ocurrido en otras ciudades.
Placa de Carretas. |
Madrid resistió hasta que las tropas comuneras lideradas por Padilla, Bravo y Maldonado cayeron frente a las imperialistas en Villalar de los Comuneros (Valladolid), el 23 de abril de 1521. Esta derrota hizo ver a los madrileños que la causa estaba perdida y la ciudad capituló poco después, entregando el alcázar.
Allí, al lado de la Puerta del Sol, quedaron dispuestas las carretas como los sublevados las habían colocado. Algunos historiadores señalan que en los enfrentamientos entre imperialistas y comuneros, éstos, en una acción atroz, llegaron a colocar en las carretas a los enfermos de un hospital cercano, como escudo humano para evitar el ataque de los soldados, y que muchos de los enfermos más graves murieron por los problemas ocasionados.
Así, de estas barricadas de carretas quedó el nombre a la zona. Más tarde, cuando se construyeron casas allí y se formó la calle, que sale de la Puerta del Sol por un lateral de la Casa de Correos, se la llamó calle de las Carretas, en recuerdo a la acción de los comuneros de Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario