Calle de Bordadores. Foto: F. Chorro |
En la calle Bordadores tenían sus talleres y tiendas los bordadores madrileños desde el siglo XVII, según las antiguas crónicas, aunque su época de esplendor fue el último tercio del siglo XVIII, momento en que se creó el Gremio de Bordadores, en 1779. Sus titulares eran hombres, mientras que las mujeres se encargaban de labores auxiliares, de ahí el nombre de esta vía que conecta la calle Mayor con la calle Arenal. Por esa época se dedicaban al oficio en Madrid unas 140 personas de las que sólo siete eran maestros y el resto eran oficiales, entre éstos seis mujeres.
Las ordenanzas del Gremio de Bordadores detallaban las clases de bordados que los maestros debían enseñar a los aprendices: a una cara o dos caras, de lentejuelas cargadas y sin cargar guarnecidos, cartulina o saydaya, de broca o hilos llanos, relieve, de oro o plata matizados, matices de seda, saltate-randate, cañamazos, recortado de telas, el de china o cadeneta, punto torcido o chinesco, felpillas matizadas y el de aguadas. Las ordenanzas indicaban también que la viuda de un maestro bordador podía encargarse del obrador que dirigía su marido. Esta opción se extendía también a las hijas de los maestros, enseñadas por ellos, que quedaran huérfanas de padre y madre y tuvieran al menos 22 años.
En estos años, reinando Carlos III, Madrid era el principal
centro de este arte industrial y continuó siéndolo a principios del siglo XIX ,
ya con un notable aumento de estas labores en domicilios
particulares. Los textiles bordados acusaban una importante influencia
portuguesa, a través de los bordados coloniales, como los cubrecamas de tafetán
bordados con abundancia de flores y pájaros de vivos colores.
De los talleres de bordadores de sedas y oros madrileños
salían bellos estandartes, cortinajes, telas de muebles, colgaduras… Estas
últimas eran paños de seda bordados utilizados para cubrir las paredes de
salones de palacios y residencias señoriales durante el verano, sustituyendo a los gruesos tapices que
durante el invierno abrigaban las estancias. Como elementos decorativos,
alcanzaron un gran valor artístico y representaban el lujo y la ostentación de
la época.
Esquina Bordadores con calle Mayor. Foto: F.Ch |
Pero antes, desde principios del siglo XVII el bordado tuvo
importancia entre las damas de la corte, porque se convirtió en costumbre que
reinas y princesas se dedicaran a bordar, saliendo de sus manos delicadas
piezas que adornaron los palacios reales y sus muebles.
A partir del 1622 esta industria perdió fuerza por las leyes
de Felipe IV que prohibían la ostentación en los vestidos y otros lujos, por lo
que el arte del bordado quedó casi reservado a los palios, casullas, mantos,
túnicas y otras ricas telas relacionadas con la religión.
Antes de llamarse Bordadores, nombre con el que ya aparece
en el plano de Espinosa (1769), esta calle se llamaba de San Ginés por la
iglesia del mismo nombre, considerada la primera parroquia surgida extramuros
del primitivo recinto cristiano de la ciudad. Al templo se accedía por la calle
de Bordadores hasta que se cerró su entrada en el siglo XIX. Después, en 1902,
el párroco decidió que se volviera a abrir la entrada al templo desde la calle
Bordadores y clausurar la entrada por la plazuela de San Ginés. Al parecer, al
estar esta puerta enfrente de la de calle Arenal se creaban fuertes corrientes
de aire en invierno y los parroquianos no querían sentarse en los bancos de
gran parte de la iglesia. Además, el cura quería impedir que muchos siguieran usando la iglesia para cruzar desde
una calle a otra.
Los hábiles bordadores madrileños contaron, para mayor valor artístico de sus obras, con la
industria de sus vecinos tintoreros, de reconocido prestigio, y de los
pasamaneros que completaban su labor encuadrándola con adorno de cordones,
borlas, galones y flecos.
Interesantes datos de gremios que no debemos olvidar. La industrialización jamás debería enterrar estos oficios manuales, su historia y a quienes la escribieron con hilo y aguja en sus manos
ResponderEliminarDe las 140 personas que había en el gremio podrías añadir alguno por favor.
ResponderEliminarEstos he encontrado con residencia en Madrid. Indico el año en que trabajaron:
Eliminar1580. Castillo, Juan del
1500. Gil Francisco
1500. Perez, Gabriel
1580. Perez, Juan
1500. de Rosicler, Luis